Emir Kusturica. Cine y política
Mañana (viernes 29 de enero de 2010) voy a ver a Emir Kusturica en concierto, en Madrid. Considero que es importante recoger la fecha. No recuerdo muy bien cómo descubrí al director de cine-músico serbio; sé que fue hace tres años, cuando comenzaba mis estudios en Pamplona. Por eso, y por la cantidad de veces que he (o Guille) hablado de él en el blog o en la calle, relaciono sus películas y sus canciones con este pasado reciente.
En el diario El Mundo, en la edición de hoy, recogen una entrevista escueta, realizada por Luis Martínez en Serbia (el mismo periodista tiene una crónica original sobre Emir Kusturica). En este intercambio de preguntas, el director (perfil sobre él en Cinemascope35) de Underground habla de manera efusica -se supone a través de las respuestas- de la vulgarización del cine y de la política. Es una extensión que sirve para reflexionar sobre la propia realidad y juzgarla, que canaliza con críticas al neoliberalismo y al negocio de la televisión. Copio algunos fragmentos esclarecedores:
- Emir Kusturica en la entrevista concedida a El Mundo, jueves 28 de enero de 2010: "Si nos fijamos, por culpa de la televisión, los políticos se han convertido en actores. Se limitan a interpretar un papel".
- E.K.: "En los setenta, los actores se resistían a salir en los anuncios. Ahora, desde el momento justo en el que dan los primeros pasos, ya quieren salir en un anuncio. Y esta actitud se puede generalizar a todo. Todo el mundo tiene, o se empeña en tener, una faceta comercial".
- E.K.: "El cine se está volviendo cada vez más vulgar. Y lo mismo la política. [...] Están alienados por la estupidez del mercado, que lo ocupa todo".
- E.K.: "El cine que yo he conocido [...] va camino de desaparecer como la ópera. Ahora, estética y políticamente, la única teoría viva es el pragmatismo. Nadie analiza nada. Tiempos extraños".
Comparto estas premisas. En arte, hay teóricos que consideran que el lenguaje se está volviendo críptico, e inaccesible para el público. No creo que ese sea el problema, el planteamiento es sobre el pragmatismo que critica Kusturica: los espectadores están perdiendo la concepción artística del cine, y sólo aspiran a ser entretenidos durante hora y media en un patio de butacas con las luces apagadas. Tras ese espacio de tiempo, no hay análisis, ni reflexión. El fragmento que hay entre entornar la iluminación y el letrero de "Fin" es una distracción, a la altura del fútbol.
Puede que esa nueva concepción pragmática de la realidad sea un producto de lo difícil que es entender el lenguaje artístico. Pero yo no creo en ese argumento, que se dibuja como un bucle inútil. Por ello, me remito a las palabras del escritor Javier Cercas durante una conferencia en Pamplona, cuando reconoció que de joven leía a Borges, aunque no entendía de que hablaba.
Seguiremos reflexionando sobre el cine y la realidad, pero mañana toca ver la faceta musical de Emir Kusturica.
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Fotografías:
Tomada por Kmeron (flickr): "Emir Kusturica & The No Smoking Orchestra Live Concert @ Couleur Café Samedi Jour 2 Bruxelles Tour & Taxis-31 "
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