Christian Poveda; la muerte del cronista
La criatura acabó con él
"La vida loca" se proyectó el 20 de septiembre de 2008 en ese Festival de Cine de San Sebastián que nosotros vivimos en primera persona. Eran las cuatro y media de la tarde, hacia calor y veníamos de la playa.
Christian Poveda era un fotógrafo hispano-francés que había decidio abandonar su labor periodística para retrar con otra cámara, la de video, un conflicto tan duro como absurdo, las maras de El Salvador. Durante tres años vivió el día a día de "La dieciocho", una banda salvadoreña enfrentada como en una tragedia de Shakespeare a la mara "MS". De esa labor surgió un documental "La vida loca", que le ha acabado costando la vida.
Christian Poveda ha sido hallado muerto hoy, 3 de septiembre, en una pequeña localidad salvadoreña. El director, que en el rodaje de "La vida loca" documentó 7 homicidios en la sociedad en la que trabajaba, parece ser que ha pagado su documental con la muerte, demasiado real, demasiado veraz.
Un año después si algo recuerdo de "La vida loca" es la crudeza de sus imágenes, lo que hacía sentir como casi un milagro que una banda de mafiosos permitese a un 'gringo' rodar su vida cotidiana de drogas, sexo y muerte. El nombre, al parecer, era premonitorio.
Vía: El País
Christian Poveda era un fotógrafo hispano-francés que había decidio abandonar su labor periodística para retrar con otra cámara, la de video, un conflicto tan duro como absurdo, las maras de El Salvador. Durante tres años vivió el día a día de "La dieciocho", una banda salvadoreña enfrentada como en una tragedia de Shakespeare a la mara "MS". De esa labor surgió un documental "La vida loca", que le ha acabado costando la vida.
Christian Poveda ha sido hallado muerto hoy, 3 de septiembre, en una pequeña localidad salvadoreña. El director, que en el rodaje de "La vida loca" documentó 7 homicidios en la sociedad en la que trabajaba, parece ser que ha pagado su documental con la muerte, demasiado real, demasiado veraz.
Un año después si algo recuerdo de "La vida loca" es la crudeza de sus imágenes, lo que hacía sentir como casi un milagro que una banda de mafiosos permitese a un 'gringo' rodar su vida cotidiana de drogas, sexo y muerte. El nombre, al parecer, era premonitorio.
Vía: El País
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